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¿Qué es la esquizofrenia?

Se trata de una enfermedad mental, incluida como un trastorno psicótico. Es una enfermedad crónica, grave e incapacitante. Por lo tanto, es importante que los médicos estudien cada caso de manera muy precisa, para poder otorgar tal diagnóstico, pues hay un número importante de padecimientos que pueden parecerse, pero que difieren en su tratamiento y lo más importante, en su pronóstico.

Con lo anterior queremos decir que es posible que esos otros diagnósticos que pueden confundirse con la esquizofrenia, como lo son las depresiones con síntomas psicóticos, los trastornos esquizoafectivos, el uso de sustancias psicoactivas, etc., pueden mejorar hacia la recuperación total con el tratamiento profesional adecuado, mientras que con el diagnóstico de la esquizofrenia, el pronóstico se vuelve reservado, teniendo como objetivo del tratamiento, el control de los síntomas de la enfermedad y la reinserción del paciente en sus actividades funcionales (familia, empleo, etc.).

En los varones, la esquizofrenia suele presentarse de forma inicial entre los 16 y los 24 o 25 años, mientras que en las mujeres, suele iniciar entre los 24 o 25 años y los 35 años.

La esquizofrenia se caracteriza por presentar en la mayoría de los casos un periodo inicial de pródromos, que son síntomas iniciales de la enfermedad. De ellos, uno de los más comunes es el aislacionismo.

Este se presenta cuando una persona previamente sana y con una conducta habitual normal para su familia y otras personas que lo rodean, cambia su comportamiento hacia las actividades solitarias, a la poca convivencia social con sus amigos, y sus familiares, reduciendo su comportamiento a permanecer solo la mayor parte del tiempo. He aquí un ejemplo:

"Cuando mi hijo tenía 17 años, todos empezamos a notar un cambio raro, de pronto empezó a interesarse por cosas de santería, compraba imágenes y las acomodaba en su cuarto. Poco a poco empezó a encerrarse en su cuarto cada vez por tiempos más prolongados, se negaba a salir con sus amigos, ya no atendía el teléfono, no bajaba a desayunar o a comer con la familia, y finalmente perdió el semestre en la escuela, sin mostrar ninguna intención de retomarlo. La escuela no es para todos, decía. Su actitud continuó hasta que andaba solo todo el tiempo y si salía de la casa, era para caminar o ir a comprar cigarros, pero no convivía con nadie"…sic.

Este testimonio ilustra el momento en el que el aislacionismo forma el principal síntoma de la enfermedad, lo cual puede ocurrir incluso años antes de que aparezcan otros síntomas. 

La esquizofrenia se caracteriza por la presencia de síntomas positivos y negativos.

Los síntomas positivos consisten en alucinaciones (de las cuales las más frecuentes son las auditivas y que se pueden a veces concluir cuando vemos a alguien que habla solo, o que se dirige como si estuviera en medio de una plática o discusión con una tercera persona inexistente, a veces pueden ser muy discretos, pero puede observarse como la persona susurra como si le comunicara algo a alguien). Otro síntoma positivo son las ideas delirantes, es decir la firme creencia de algo que no es real, y ante la cual defiende su posición de manera contundente (al intentar hacerle ver la realidad puede reaccionar defensivamente e incluso tornarse agresivo). He aquí otro ejemplo:

"Mi hermano de pronto empezó a decir que los vecinos estaban intentando afectarnos, incluso llegó a decir que querían matarnos. Se pasaba muchas horas cerca de la ventana vigilando las actividades de los vecinos y hacía asociaciones de la nada. Un día uno de los vecinos llegó en una camioneta blanca y mi hermano llamó a la policía, asegurando que en esa camioneta blanca tenían un arsenal listo para atacar nuestra casa; aseguraba que nos matarían y que luego desaparecerían nuestros cuerpos” …sic.

Este tipo de ideas son consideradas irreductibles a la lógica de la realidad. Con ello queremos decir, que resulta imposible tratar de convencer de lo contrario a alguien que delira, a partir de la evidencia real.

Junto con estos síntomas pueden aparecer episodios de agitación psicomotriz, agresividad, insomnio, alteraciones del apetito, etc.

Los síntomas negativos se caracterizan por la presencia de Aplanamiento afectivo o pobreza del afecto, con lo que quiero decir, que se encuentra disminuida la capacidad para expresar emociones y sentimientos. "De pronto no sabíamos si estaba triste o enojado, siempre tenía la misma expresión era como si trajera puesta una máscara"…sic. También se encuentra entre estos síntomas la alogia, que se refiere a la disminución de la capacidad de pensamiento y de cognición; esto es lenguaje pobre, discurso breve, silencios prolongados, etc.

La abulia y la apatía, que se refiere a la falta de energía, y de interés en lo que acontece a su alrededor, pobre involucramiento en actividades. Descuido de su higiene y aseo personal, etc.

Y la anhedonia, que se refiere a la incapacidad para disfrutar las cosas que antes le gustaban.

No existe una causa única de esta enfermedad, se asocia a factores genéticos y psicosociales.

El tratamiento, debe ser otorgado por un equipo interdisciplinario que incluya al menos a un psiquiatra, quien dirigirá el tratamiento farmacológico y coordinará al resto del equipo, en el cual debe de haber un psicoterapeuta, y deben integrarse los familiares más cercanos.

¿Tratamiento de la ansiedad?

Una vez diagnosticado uno de estos padecimientos, deberá comenzarse su tratamiento lo antes posible, para disminuir los síntomas que están afectando a quien lo padece, y para evitar su progresión y sus complicaciones.

Nuevamente, al igual que lo comentamos con la depresión. Podemos dividir el tratamiento en dos grandes grupos, éstos son, las estrategias farmacológicas, y las no farmacológicas.

Dentro del primer grupo encontramos varios tipos distintos de medicamentos, que resultan útiles en el tratamiento de la ansiedad. Frecuentemente este tipo de tratamiento se basa en la prescripción de un medicamento antidepresivo. Los medicamentos antidepresivos, y de ellos los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina, son los fármacos centrales de los trastornos de ansiedad. Cabe recordar que este tipo de medicamentos, por su mecanismo de acción, tardan entre 10 a 15 días aproximadamente en empezar a mostrar un efecto positivo del tratamiento, en un buen número de pacientes. Por lo anterior, se recurre al apoyo de otros tratamientos farmacológicos, para mejorar los síntomas del paciente, mientras esperamos el efecto de los antidepresivos.

Las dosis de antidepresivos que suelen utilizarse para tratar los trastornos de ansiedad, muchas veces son más altas aún que las utilizadas para la depresión. Es importante confiar en que el médico esté debidamente informado, sobre cómo administrar este tipo de fármacos, y las dosis a las que se recomienda instalar los tratamientos.

Otros medicamentos que pueden utilizarse en los padecimientos de ansiedad, son las benzodiacepinas, los beta bloqueadores, y en algunas ocasiones, dependiendo de la sintomatología, los antipsicóticos.

Dentro de las estrategias no farmacológicas, encontramos la psicoterapia, y de las distintas técnicas utilizadas en el tratamiento de la ansiedad, aquellas que han mostrado mayor eficacia en el corto plazo, son derivadas de la terapia cognitivo-conductual.

La parte cognitiva, trataría de ayudar a las personas a cambiar los patrones de pensamiento que dan lugar a sus temores, y la parte conductual, a cambiar la manera en que reacciona, ante esos estímulos que le provocan ansiedad.

En otras palabras, la terapia cognitivo conductual ayudaría a las personas fóbicas por ejemplo, a entender que el temor exagerado a hablar en público, o a subirse a un avión, se encuentra francamente, fuera de la realidad, y por lo tanto, esto ayudará a disminuir los síntomas. Se brindará mediante técnicas de exposición, a desensibilizarse de los estímulos atemorizantes, para que puedan dominarlos, y no se afecten sus actividades diarias.

Finalmente recordemos que el mejor enfoque de tratamiento es aquel que combina las estrategias farmacológicas, con las no farmacológicas.

 
¿Qué son los trastornos de ansiedad?
 
En realidad, existen varios padecimientos que se incluyen en el apartado de los trastornos de ansiedad. Entre ellos encontramos los trastornos de angustia, la agorafobia, las fobias específicas, la fobia social, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, etc.

Afectan a millones de personas en el mundo, causando grandes índices de discapacidad, y disminución importante de la calidad de vida, generando numerosos síntomas, entre los que encontramos, inseguridad, miedo, preocupaciones excesivas, alteraciones del sueño, etc.

Estos padecimientos requieren de tratamiento, cuando permanecen durante un periodo significativo de tiempo o causan un malestar significativo a quien los padece.

Cada uno de estos padecimientos se presenta con síntomas diferentes, sin embargo podríamos decir que el síntoma común es el temor irracional, o la preocupación excesiva ya sea por uno o por varios temas.

Cotidianamente escuchamos hablar de “nervios”…sic, cuando se hace referencia a la ansiedad que se experimenta por algunos acontecimientos de la vida.

Cuando estos “nervios”…sic persisten a través de un periodo de tiempo significativo (meses), o cuando generan un malestar muy grande, es necesario solicitar tratamiento.

Muchas veces la ansiedad y el miedo pueden resultar difíciles de distinguir. Sin embargo a diferencia del miedo, que suele hacer referencia al temor en respuesta a un acontecimiento amenazador, la ansiedad, procede de un estímulo interno desconocido, que es excesivo e inapropiado en referencia al estímulo que lo provoca.

Muchas veces, se acompaña de síntomas físicos, como taquicardia, respiración acelerada, sudoración, mareo, etc.

Muchas veces, los trastornos de ansiedad están relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, como el alcohol.

Cuando uno de estos padecimientos no recibe tratamiento, existe una elevada probabilidad de que el problema persista a lo largo de la vida, o de que aún en los casos en los que los síntomas mejoren con el tiempo, el problema aparezca nuevamente más adelante.

En el caso específico del Trastorno obsesivo compulsivo, encontramos como los síntomas principales, la presencia de niveles altos de ansiedad, asociados a pensamientos repetitivos, de contenido frecuentemente desagradable, que interrumpen constantemente nuestras actividades, y que se acompañan de la necesidad de ejecutar algún acto, que puede ser real o mental, como contar números, pensar en colores, etc., o por ejemplo lavarse las manos cierto número de veces, o tocar algún objeto repetidamente, etc., para que disminuya la ansiedad generada por esas ideas o pensamientos repetitivos.

¿Tratamiento de la depresión?

Una vez que detectamos que padecemos o que algún ser querido padece un episodio depresivo, debemos acudir de inmediato a nuestro médico de confianza para que se valore el tratamiento. Idealmente el tratamiento debe de ser coordinado por un psiquiatra.

El tratamiento se basa en el trabajo de un equipo multidisciplinario en donde la familia juega un papel activo. Así mismo, pueden participar en el tratamiento, amigos, pareja, compañeros, etc.

 


El equipo está integrado al menos, por un psicoterapeuta, un psiquiatra, y un médico general.

Es importante mencionar que el tratamiento de la depresión es principalmente farmacológico, es decir, con medicamentos que prescribe el psiquiatra para devolver el equilibrio bioquímico al cerebro.

Para mí es muy importante aclarar, que a pesar de que no todos los que nos sentimos deprimidos requerimos de medicamentos, cuando se ha comprobado que padecemos un episodio depresivo, es recomendable tomar el tratamiento con estos fármacos, para acelerar el proceso de curación.

Lo anterior, debido a que a pesar de que un proceso de psicoterapia puede ayudar al paciente, el tratamiento únicamente con la terapia, quedaría incompleto, incrementando las probabilidades de recaer en un nuevo episodio depresivo más adelante, o prolongando el tiempo de respuesta al tratamiento.

Es por eso, que recomendamos que el tratamiento psicoterapéutico vaya a la par, con un tratamiento farmacológico.

Hoy en día, es importante documentarse y conocer cuáles son las verdaderas consecuencias de tomar medicamentos antidepresivos.

Sobre lo anterior comento, que el tratamiento con los fármacos de los que dispone en la actualidad para el tratamiento de la depresión, los riesgos son casi nulos.

Estos medicamentos no provocan adicción. Uno de los temores que más nos preocupan cuando pensamos en recibir un tratamiento farmacológico. A pesar de que aún en nuestros tiempos, está mal difundida la información sobre los medicamentos que utilizamos en psiquiatría, la mayoría de los medicamentos que utilizamos, son sumamente seguros. Y todos los psiquiatras estamos obligados a comentar con los pacientes los riesgos de cada uno de los medicamentos. Aquí, me atrevo a informar que los medicamentos antidepresivos, son sumamente seguros y no causan ningún tipo de dependencia fisiológica. A pesar de ello la recomendación es iniciar el tratamiento de manera gradual para observar la respuesta de cada paciente al medicamento. Por ello, insisto en la importancia de acudir con un psiquiatra calificado para que guíe el tratamiento.

Las modalidades psicoterapéuticas disponibles para tratar la depresión son muy variadas. Por ello también es importante que el terapeuta que nos vaya a atender sea un profesional calificado, que esté coordinado con el psiquiatra para dar seguimiento al tratamiento.

El rol del médico general, es importante porque como hemos mencionado en otros apartados, muchas veces, encontramos que la depresión se acompaña de otros padecimientos médicos. Y es fundamental, descartar que, al momento de tratar la depresión, se deban atender a la par, otras enfermedades, para no caer en el error de subestimar los síntomas físicos. Además, hay una lista grande de enfermedades médicas, como son desequilibrios hormonales, alteraciones tiroideas, enfermedades neurológicas, etc., que pueden parecerse mucho a los síntomas de la depresión. Para ello, será necesario solicitar laboratorios generales o específicos orientados por los síntomas que esté presentando un paciente, para que el tratamiento sea adecuado.

A. Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:

 

 


1. Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia

2. Escoge casi siempre actividades solitarias

3. Tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona

4. Disfruta con pocas o ninguna actividad

5. No tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado

6. Se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás

7. Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad

B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas u otro trastorno psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.